Una meditación básica
"Nos sentamos en una posición cómoda, en un lugar donde podamos estar en silencio y enfocados. Vamos a utilizar este tiempo para explorarnos sin un objetivo determinado, un tiempo para despertarnos sin buscar un estado particular, como una meta. Seamos conscientes de nuestro cuerpo. Notemos nuestra respiración, su ritmo natural, las partes del pecho y barriga que están envueltas en su ritmo. Tomemos un minuto para simplemente tomar consciencia de las sensaciones en nuestro cuerpo, nuestros pies, piernas, pelvis, barriga, pecho, manos, brazos, hombros, cuello, cara y cabeza. Dejemos que nuestra atención se vaya hacia nuestros sentimientos, nuestro humor y nuestras emociones. Sin juzgar, analizar, evaluar o tratar de cambiarlas, simplemente notemos su presencia por un momento. Hacemos lo mismo con nuestros pensamientos, recuerdos, asociaciones y nuestro diálogo interno. No necesitamos alejarlos o engancharnos con ellos; simplemente notemos su presencia, como vienen y se van.Cambiemos ahora nuestra atención a nuestro ambiente alrededor. Notamos como el aire se siente en la piel, como nuestro cuerpo responde a la fuerza de la gravedad. Escuchamos los sonidos que nos rodean, ese océano de sonidos del cual normalmente no somos conscientes. Miremos suavemente a nuestro alrededor. Seamos abiertos y receptivos con los estímulos que nos llegan. Observen su tridimensionalidad, sus colores, sus formas. Veamos el mundo sin etiquetarlo, simplemente notando el estímulo visual. Estemos presentes en el mundo y dejemos que el mundo esté presente por sí solo. Descúbranlo por primera vez. Sientan la fresca experiencia de sentir la presencia de simplemente ser."
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